El arte y la tradición de las monturas para camellos y dromedarios en Marruecos

El arte y la tradición de las monturas para camellos y dromedarios en Marruecos

Un símbolo vivo del desierto

En Marruecos, el camello y el dromedario son mucho más que animales de carga: son símbolos del desierto, compañeros inseparables de los nómadas y protagonistas de las caravanas que, durante siglos, surcaron las dunas del Sahara. Pero hay un detalle que a menudo pasa desapercibido para el viajero curioso: el arte y la tradición que envuelven la creación de las monturas sobre las que estos majestuosos animales transportan a personas y mercancías.

Monturas: función y belleza en equilibrio

Las monturas, conocidas localmente como "rakba" o "sella", no solo cumplen una función práctica. Están diseñadas para proteger el lomo del animal durante largos recorridos y para ofrecer comodidad a sus jinetes, pero también son un reflejo de la creatividad y el ingenio de los artesanos marroquíes. Cada tribu, cada región, imprime su sello particular en la forma, los adornos y los materiales utilizados.

Materiales y técnicas ancestrales

Tradicionalmente, las monturas se elaboran con madera ligera, a menudo de acacia o palmera, recubierta con cuero curtido a mano y decorada con motivos geométricos y colores vivos. Los artesanos emplean técnicas transmitidas de generación en generación, como el trenzado de fibras vegetales, el bordado y la aplicación de tachuelas metálicas. Los cojines y mantas que completan el conjunto suelen estar tejidos en telares tradicionales, usando lana teñida con pigmentos naturales.

Un arte que cuenta historias

Cada montura es única y puede contar mucho sobre su dueño: la tribu a la que pertenece, su estatus social, e incluso momentos importantes de la vida familiar, como bodas o celebraciones religiosas. En algunas ocasiones, se añaden abalorios, espejitos o amuletos para proteger al animal y a su jinete del mal de ojo y atraer la buena fortuna.

Experiencia para el viajero

Viajar a Marruecos y observar de cerca la elaboración y el uso de estas monturas es adentrarse en una tradición viva. En los mercados de pueblos del sur, como Zagora o Merzouga, es posible ver a los artesanos trabajando y, con suerte, escuchar las historias que hay detrás de cada pieza. Incluso, muchos viajeros deciden montar en camello a través de las dunas, viviendo en primera persona la comodidad y el arte que representan estas monturas.

Preservando la tradición

Hoy, la globalización y los nuevos materiales han transformado muchos aspectos del trabajo artesanal, pero en las comunidades nómadas y rurales de Marruecos, la tradición de las monturas sigue viva. Es un testimonio de respeto por el animal, de orgullo cultural y de conexión con la tierra y la historia.

Descubrir el arte de las monturas para camellos y dromedarios es, sin duda, una de las experiencias más fascinantes y auténticas que ofrece Marruecos a quienes se atreven a mirar más allá de lo evidente.

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