Conoces la curtiduría de Fez, también conocida como la curtiduría Chouwara?
La curtiduría de Fez, también conocida como la curtiduría Chouwara, es uno de los puntos turísticos más emblemáticos de Marruecos. Situada en la medina de Fez, que es un laberinto de callejones estrechos y antiguos, esta curtiduría es una de las más grandes y antiguas del mundo, con una historia que se remonta a siglos atrás.
Al visitar la curtiduría de Fez, los turistas se sumergen en un espectáculo visual y olfativo único. Desde las terrazas de los edificios circundantes, se puede observar una vasta área llena de fosas redondas y coloridas, cada una llena de diferentes tintes naturales. Estas fosas, alineadas en patrones geométricos, contienen pieles que están siendo tratadas y teñidas en un proceso artesanal que apenas ha cambiado con el tiempo.
El proceso de curtido en Fez es una técnica tradicional que involucra varios pasos meticulosos. Primero, las pieles se sumergen en cal para aflojar los pelos y la grasa. Luego, se lavan y se remojan en una mezcla de agua y excremento de paloma, que actúa como un suavizante natural. Finalmente, las pieles se tiñen utilizando pigmentos naturales como el índigo, la amapola y el azafrán, lo que da como resultado los vibrantes colores que se ven desde las terrazas.
Una visita a la curtiduría de Fez no solo ofrece una mirada fascinante a esta antigua industria artesanal, sino que también es una experiencia sensorial completa. El fuerte olor de los productos químicos naturales utilizados en el proceso puede ser abrumador, por lo que los comerciantes locales a menudo ofrecen ramas de menta a los visitantes para ayudarlos a sobrellevar el olor.
Además de su valor histórico y cultural, la curtiduría de Fez sigue siendo una parte vital de la economía local. Las pieles tratadas aquí se utilizan para fabricar una variedad de productos de cuero, como bolsos, zapatos y chaquetas, que son vendidos en los zocos de Fez y más allá.
La curtiduría Chouwara es, sin duda, un testimonio vivo de la rica herencia artesanal de Marruecos. Para los turistas, es una oportunidad para presenciar de primera mano técnicas ancestrales que han sido transmitidas de generación en generación, y para llevarse consigo una parte de la historia y la cultura marroquí en forma de productos de cuero auténticos y hechos a mano.
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